El auge de la extrema derecha: los “nuevos” reaccionarios
La derecha radical avanza en Europa. No es un fenómeno homogéneo y tampoco es nuevo, por eso es necesario ajustar los análisis y entender por qué hemos llegado a esta situación. Es con este objetivo con el que realizamos el acto de ayer en la tercera jornada de la Semana Republicana de Oviedo.
La charla, que llevaba por título “El auge de la extrema derecha: los nuevos reaccionarios”, fue presentada por la Secretaria General del PCA, Agustina Guglielmetti, que hizo un repaso a los espacios políticos y sociales donde está presente la ideología de extrema derecha en España. Tras ella, tomó la palabra el profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense y Director de la FIM, Eddy Sánchez, que hizo un recorrido sobre el auge de la derecha radical en Europa a partir de la Segunda Guerra Mundial, poniendo el foco en procesos como el del Frente Nacional en Francia o la Liga Norte en Italia.
Desde el inicio, Eddy Sánchez, dejó claro que “el proceso de crecimiento de la extrema derecha que se ha vivido en los países de la UE desde la crisis de 2007-2008 hasta hoy, no es homogéneo, y por tanto no podemos estandarizar modelos sino que es importante ir a lo concreto para poder combatirlo”.
Respecto a las características que definen este fenómeno, habló del nacional-populismo, y a su concepto de pueblo en torno a un discurso nacional. Explicó que “construyen una oposición en dos vías, por un lado al establishment y por otro al inmigrante, es decir: a los de arriba y a los de enfrente”, porque defienden el elemento nación como un elemento de unidad y que es perenne en el tiempo, asegurando que todo lo que lo ataque es una anomalía, algo anti-natural.
Por otro lado, aclaró que tienen diferencias notables entre ellos, por ejemplo la Liga Norte o el Frente Nacional tienen un perfil antiglobalización que no tiene Vox, que defiende todo lo contrario. Pero todos comparten un discurso que podrían definirse así: “Somos el Partido de los perdedores de la crisis, de los nacionales y de los patriotas”.
Tras la caracterización general analizó los distintos ejes sobre los que se sustentan los discursos de la derecha radical europea, dependiendo de qué país sean: centro-periferia, norte-sur o este-oeste. “Es decir, no es el mismo, por ejemplo, el modelo de la ultraderecha sueca que es liberal y antiestatalista, que el modelo de la extrema derecha católica polaca con un discurso anti-Rusia”.
Centrando el discurso en el fenómeno de Vox y su aparición en la vida política española, el profesor de la UCM, explicó que se trata de un partido ultra liberal y euroatlántico combinado con elementos católicos para contrarrestar otras culturas y religiones. “Vox es neoconservador, no es estatalista, pero han sabido hacer giros tácticos oportunistas porque tienen buen olfato electoral”.
Para terminar, quiso poner el foco en dos cuestiones: por un lado que responden a los intereses de la punta de lanza actual del capitalismo, que son las empresas digitales como google o amazon ; y que tácticamente utilizan el discurso de defensa de la mayoría frente a un discurso academicista y elitista de la izquierda que representa a la minoría.
La segunda parte de la charla corrió a cargo de Faustino Zapico, historiador asturiano y profesor de instituto, que quiso comenzar calificando de “reacción un tanto histérica” de los dirigentes políticos del espectro de la izquierda tras los resultados de las elecciones andaluzas. “Tenemos que tener cuidado con llamar fascista a todo, porque el término pierde fundamento y se vacía de contenido. Las ideas de Vox siempre estuvieron aquí, muchas las han dicho y defendido dirigentes el PP durante años, lo que pasa que no todas juntas o por la misma persona ” y aclaró que el fenómeno del auge de la extrema derecha a partir de los años 80 hasta aquí tiene un claro corte neoliberal y responde a muchas causas complejas y heterogéneas.
Zapico relató cómo se construyó Vox, recordando que todo parte de la Fundación para el Mecenazgo y Patrocinio Social que manejaba en Madrid y de la que vivía Santiago Abascal. Cuando pierde la fundación, crea Vox. “Son liberalismo reaccionario al estilo doctrinario de Narváez en el siglo XIX, junto con todos los tópicos del españolismo y con un carácter agresivo hacia dentro”, explicaba el historiador que recordó que han copiado el lema de Trump para su campaña: “Hacer a España grande otra vez” (Make America great again) porque reamente es lo que son, “defienden la dictadura del capital, son lacayos de EEUU”. Y añadía que “son islamófobos, defienden al estado sionista de Israel, y son machistas pero de los de los chistes de Arévalo”.
Pero por otro lado, Zapico explicó porque se han convertido en “alternativa votable para mucha gente” y centró el discurso en el papel que la izquierda juega en todo esto, “la izquierda centra su discurso en lo cultural y lo simbólico y no en desarrollar un plan económico para enfrentar realmente al capitalismo. Les hemos dejado abierto el camino porque no estamos construyendo una alternativa sólida”.
Para concluir defendió que hay que retratarlos en su objetivo de “privatizar todos los servicios públicos y defender los intereses de las grandes empresas” y explicar nuestra alternativa “que debe ser claramente republicana, pero no solo de modelo de Estado, sino de defensa de una comunidad política de derechos y deberes”.
Durante el turno de preguntas salieron reflexiones interesantes, mostrando que este es un debate que aun tiene muchas horas por delante. Pero ambos ponentes coincidían en que la extrema derecha en España que defiende Vox es la expresión política de los sectores de vanguardia del capital y que desde la izquierda transformadora española no podemos seguir el guión fracasado de la izquierda europea de Francia o Italia, porque tenemos que analizar y actuar cuando parte de la clase obrera prefiere perder derechos y libertades pero ganar seguridad. Tenemos que sentarnos a reflexionar sobre lo necesario de cambiar de rumbo antes de que sea demasiado tarde, y recordar las palabras de Gramsci cuando dijo “¿Por qué hemos perdido? Porque no hemos tenido respuesta para el campesinado del sur de Italia”.