Poema: Otros nombres
Otros nombres
No se llamaban Juana o Tomás.
Ni Henry, ni Jane.
Sí se llamaban Aisa y Mahmud.
¡Era día de escuela!
Se levantaron al alba,
nada más fugarse las estrellas.
Eran nietos, hijos, hermanos
y amigos.
Tenían pasado milenario, presente,
y horizonte de futuro.
Él era de piel clara, pelo castaño
y ojos color miel.
Aisa lucía morena de pelo
en oscura y brillante cascada;
ojos negros, invitando a sumergirse
en la profundidad de sus misterios.
Esperaba la una al otro, el otro
a la una, según quien llegara primero
al encuentro mañanero.
Sorteando zarzas, campos sembrados
de sandías y melones; serpenteando
vetustos olivos alargaban el espacio
y el tiempo de llegada a su destino.
Su alegría fue truncada,
el camino se hizo incompleto.
El destino diario se quedó huérfano.
Así lo decidieron aquellos
Andrés Huerta Suárez