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Entrevista del PCA a Feli Velázquez

“En la PAH les explicamos a los afectados que la lucha debe ser colectiva para lograr una solución real al problema”

Feli Velázquez es una incansable activista en la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Madrid y también Secretaria de movimientos sociales del PCE . Nos cuenta cómo es la lucha contra los desahucios y la necesidad de perder el miedo a seguir luchando por los derechos sociales en la calle y señalando a los culpables de esta crisis.

¿Cómo fueron los inicios de la actividad de la PAH en Madrid?

Al principio, como todo lo que comienza, fue difícil y es interesante hacer un análisis previo. Cuando en una sociedad la gente comienza a quedarse sin empleo, que es su medio de subsistencia, lo que sienten en un principio es un sentimiento de culpabilidad y vergüenza. Entonces eso fue lo que nos encontramos al principio, todo empieza a caminar con más fuerza cuando son los afectados los que comienzan a llevar las riendas de la reivindicación. Al principio se da una empatía entre los activistas y ellos pero si es cierto que ves rápido el sentimiento de culpa que traen los afectados, superarlo fue un paso muy importante en la lucha y en los éxitos que logramos después.

Como militante del PCE, ¿cómo es tu trabajo en los movimientos sociales?

En los documentos lo tenemos todo dicho y todo escrito.  Pero hay que ir más allá, lo que tenemos que hacer es adaptarnos a los tiempos y a la realidad que va cambiando en los movimientos sociales, sobre todo en los últimos dos años. Yo creo que los militantes del Partido Comunista tenemos una gran responsabilidad y lo que debemos hacer es estar ahí donde la gente se mueve, con humildad, con incidencia, con nuestras propias propuestas, pero desde luego estar ahí.  Esa es la obligación de cualquier comunista en este momento, sabernos adaptar a los nuevos tiempos. No podemos saber elaborar textos y documentos hablando de los movimientos sociales creyendo que la gente, porque escribamos un buen análisis marxista de la realidad, va a venir a nosotros. Somos nosotros los que tenemos que ir a la movilización, impulsarla donde no la haya y de ese modo se reconocerán nuestras propuestas por parte de los compañeros y compañeras de los movimientos sociales.

Lo que tenemos que hacer es una autocrítica, ver en qué hemos fallado nosotros y ver cómo somos capaces de integrarnos en los nuevos movimientos. Y además, todos ellos tienen un gran contenido de clase, todos, desde las Mareas hasta el 15-M, pasando por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Si nos ponemos a desarrollar el contenido de cada uno de estos movimientos vemos que es la pura y genuina lucha de clases.

Hablemos ahora de las Mareas, ¿qué trabajo desarrolla el PCE en ellas?

Yo creo que a nivel federal el PCE está haciendo un buen trabajo en el ámbito de la sanidad por ejemplo. Nosotros ya teníamos una experiencia previa a la marea blanca en ese terreno y ahora nos hemos incorporado a este nuevo método o estrategia de lucha. Hemos hecho un buen trabajo de acción y seguimos en ello, al igual que con la educación.

Volvamos al trabajo de la PAH. ¿Cómo se analiza el éxito de tramitación de la Iniciativa Legislativa Popular en el Congreso?

Es cierto, que aparte de lo que pueda ocurrir en el Congreso, los logros de la ILP dieron sus frutos desde el principio, desde que el grupo promotor puso en marcha esta Iniciativa Legislativa Popular. Con la recogida de firmas pudimos ponernos en contacto con muchísimos ciudadanos y ciudadanas que de otro modo no hubiéramos tenido la oportunidad.

Yo creo que es una de las Iniciativas que más firmas ha tenido en la historia de este país, más que muchas promovidas por los propios sindicatos mayoritarios. Hemos alcanzado la cifra del millón cuatrocientas mil firmas, y la verdad es que no entregamos más porque la Junta Electoral no nos ha querido recoger más, pero hay mucha gente que sigue queriendo firmar. Todo esto nos ha permitido escuchar lo que a la gente le preocupa realmente del tema de la vivienda y también, muy importante, se ha generado una presión social que provocó directamente el freno del voto negativo del PP  para la tramitación de la ILP.  Ellos estuvieron diciendo previamente por activa y por pasiva, en los medios de comunicación, que iban a votar en contra de la ILP, pero esa presión ciudadana les hizo cambiar de opinión; y eso es histórico, porque a ningún partido político con tan amplia mayoría,  y esa prepotencia y arrogancia que tienen,  le gusta tener que dar marcha atrás. No le quedo más remedio.

¿Crees que realmente prosperará por vías institucionales esta Iniciativa?

Realmente no tenemos mucha confianza porque gobierna quien gobierna y los intereses de la banca y de los grupos financieros son los que marcan la política  tanto en España como a nivel Europeo. Probablemente ahora, cuando empiecen a hacerse las aportaciones en el Congreso, simplemente queden algunas de nuestras sugerencias de menos importancia. Temas importantes como la moratoria o la dación en pago no seguirán hacia delante en el documento. Quizá el alquiler social tenga más posibilidades de prosperar pero la dación en pago y el tema de la moratoria  es algo que no asumirán muchos grupos parlamentarios que obedecen a las órdenes del mercado. Nosotros no vamos a consentir ninguna reforma de la ILP, tenemos la credibilidad de la gente que nos ha acompañado en todo este proceso con sus firmas y no vamos a dar pasos atrás. Además la ILP en sus reivindicaciones no es gran cosa, es una propuesta de mínimos: dación en pago, alquiler social y moratoria. Es un derecho de justicia social.

Además de los casos de las hipotecas de los bancos, en Madrid estáis trabajando mucho con las empresas públicas de vivienda…

Sí, en Madrid empresas como IVIMA(Instituto de la Vivienda de Madrid) o la EMV (Empresa Municipal de Vivienda) dan viviendas en alquiler social pero hoy en día no tienen nada que envidiarle a los bancos porque están echando a la gente igualmente a la calle por deudas de 2000 o 3000 euros.  Entonces nosotros hemos creado una comisión dentro de la PAH dedicada a frenar esos desahucios. La verdad es que si el tema hipotecario es demoledor, el tema de las viviendas sociales no tiene nombre. Estamos hablando de familias que si se quedan sin casa se encuentran en una situación de exclusión social absoluta y jamás van a poder acceder a otra vivienda social porque se convierten en morosas. Con este asunto se ponen en entredicho los derechos más fundamentales como son los derechos humanos  y la Administración pública madrileña no tiene ningún tipo de sensibilidad para sentarse a negociar.

Pero en cambio la opinión pública sí parece ser sensible al tema de los desahucios…

En el tema de los desahucios lo que ocurre es que tienes el enemigo enfrente, se les ve claramente, están bien identificados. Entonces se genera una solidaridad popular muy grande. Cuando vas a parar un desahucio es increíble ver como se juntan  personas que no se conocen absolutamente de nada pero que se ponen juntos delante  de una puerta para impedir que pase la policía y la comisión judicial para echar a alguien de su casa.  Yo creo que esto tiene muchísima relevancia, como hacía tiempo que no tenía ningún movimiento de solidaridad ciudadana.

Luego, la lucha no es solamente el día del desahucio, la lucha se empieza a dar desde que la persona deja de pagar y le empiezan a llegar las cartas del banco. Entonces se empieza a ir a la sucursal bancaria, en el caso de las viviendas sociales, nos vamos a encerrar en las propias entidades responsables de esas viviendas. Y el afectado ve de cerca al enemigo y ve que puede decirle y presionarle de manera real. Es decir, es lo bueno de esto, que no se difumina entre altos cargos o directivos. Además en la mayoría de los casos se trata de estafas sufridas por los ciudadanos, no están pidiendo que les perdonen una deuda real si no una deuda que se ha generado con una estafa.

En este contexto de crisis donde luchamos por cosas tan básicas y fundamentales como una vivienda digna, ¿hay que tener cuidado con no confundir solidaridad con caridad o asistencialismo?

Por supuesto. Mira, en la PAH esos límites los ponemos todos los martes en la asamblea. En una asamblea con más de 200 personas tratamos de diferenciar la caridad y el asistencialismo con la solidaridad. Lo primero que se les dice a los afectados es que ellos nos pueden venir a tratar su problema individual, les escuchas, evidentemente, porque vienen con una presión muy grande y hay que escucharlos, pero a continuación les explicamos que la solución no pasa porque les reciba un abogado, les rellene un expediente o vaya al juzgado. La solución pasa porque junto con sus compañeros y compañeras hagan una respuesta colectiva al problema. Entonces yo creo que actualmente, en los movimientos sociales, es donde mejor se está tratando el tema de la necesidad de una lucha colectiva y en defensa de los derechos sociales sin caer en la caridad. la Plataforma es un ejemplo de ello, o al menos así lo intentamos.

Parece que hay un apoyo mediático o al menos sensibilidad con el tema de los desahucios, ¿es así?

Algunos canales de televisión lo hacen únicamente por caridad, pero sí es cierto que hemos roto el cerco mediático. Además cuando hay una cámara en un desahucio la policía suele amedrentarse bastante y eso siempre es una ayuda. Aunque la  manipulación mediática siempre puede darse en función de la presión y los intereses del poder político, creo que estamos en un momento bastante complicado para manipular la realidad en este ámbito. Afectan muchos factores y nosotros hemos podido comprobar  que hay sectores que no estaban comprometidos con la lucha contra los desahucios y que se están comprometiendo y eso no lo van a poder parar ni los medios de comunicación más poderosos. Desde el bombero que no quiere romper la cadena hasta los jueces que paran los procesos de desahucio incluso en la parte final de los mismos y favorecen los acuerdos entre las partes.

Por último, ¿con qué argumentos se criminaliza el activismo en los movimientos sociales?

Una de las funciones del propio sistema es utilizar el miedo y la represión para  amedrentar e intentar que la gente no se movilice. Pero en este caso parece que no tienen muy buenos resultados, porque además son muy torpes, y con las detenciones lo que han buscado no lo han conseguido. En uno de los autos de un juicio que tenemos pendiente figura un protocolo especial que tiene la Delegación de Gobierno de la Comunidad de Madrid en el que se dice que cada vez que la PAH sale a  la calle tiene que haber un operativo especial de policías, en cuanto a cantidad de agentes y modos de actuación, que es el que se lleva a cabo cuando se trata de grupos de extrema derecha o de extrema izquierda. Y al final del auto figuraba que consideran a la PAH de extrema izquierda. Todo esto forma parte de los métodos  que siempre ha tenido la policía y el poder político para intentar asustar a la gente.