No hay pobreza energética, lo que hay es falta de trabajo

Desde ampulosos y asépticos despachos, desprovistos de sensibilidad humana, se toman decisiones que condicionan el desarrollo de países y la vida de sus gentes. Nos engañan creándonos diversiones y ficticias ilusiones, la primera con el ánimo de distraer nuestra atención de los problemas que nos aquejan, y la segunda trasladándonos al “país de las maravillas” donde todos somos felices. Tanto, la una como la otra, necesitan de medios propagadores de la ideología neoliberal que invadan y colonicen nuestra mente, para ello, se valen de la prensa, radio, televisión y del control, cada día más amplio, de internet; también contratan equipos de sociólogos, psiquiatras, analistas políticos, creadores de opinión, juristas,…, un largo elenco de profesionales a su servicio.
Tenemos el deber de protegernos de sus mensajes, y de ser cuidadosos con el lenguaje y su uso, precisando y concretando su significado; cuando empleamos, por ejemplo, la palabra SOLIDARIDAD, tenemos la obligación de referirnos hacia quién va dirigida y el porqué, pues su significado es radicalmente distinto a cuando la utiliza un miembro de la derecha.
Cuando los medios de información, me refiero a la casi totalidad de los españoles, hablan o escriben: La “pobreza energética” (frase ya acuñada y admitida en la jerga política) es la causa de…”, están modulando nuestra mente, en beneficio de sus interés, con ese mensaje subliminal, obviando las causas. Que yo sepa, en España no existe déficit de ENERGÍA, todo lo contrario. Lo que sí existe, y va en aumento, es gente que no puede pagar la ENERGÍA debido a la falta de trabajo, o con trabajos precarios.

Andrés Huerta Suárez

Villaviciosa, 3 de Noviembre de 2016