Sahara Occidental, pasado, presente ¿futuro?

El Sahara Occidental es un territorio al sur de Marruecos que fue colonia española desde finales del siglo XIX hasta que nuestro país, presionado por las NN UU, las ambiciones expansionistas de Marruecos en la zona, la descomposición del régimen franquista con el dictador ya en el lecho de muerte y la lucha del Movimiento de Liberación Saharaui, accede a abandonar el territorio en 1975, tras producirse la Marcha Verde, en la que en una clara provocación de Hassan II invade el territorio con 350.000 civiles.

En un viaje relámpago y a espaldas del por entonces presidente Arias Navarro, el ciudadano Juan Carlos nombrado sucesor por Franco viaja al Sahara y promete a las tropas “salvar el honor del ejército” y “defender los derechos del pueblo saharaui”. A espaldas de este acto, Juan Carlos envía un emisario a negociar con el secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger las condiciones de la entrega a Marruecos y Mauritania del Sahara Occidental a cambio de reconocerle como monarca y establecer bases militares estadounidenses en suelo español. La monarquía quedaba así respaldada por EE UU, cuyos intereses en el norte de África parecían estar más garantizados con socios como Marruecos. Las tropas españolas se retiran y comienza la incursión militar, que no duda en usar napalm y fósforo blanco aterrorizando a la población civil, que huye a territorio argelino, donde recibe amparo y cobijo en las cercanías de Tindouf.

El Frente Polisario -organización creada para luchar contra el colonialismo español- se enfrenta al ejército marroquí causándole pérdidas humanas y económicas considerables. Como consecuencia, y a propuesta de un general de las fuerzas armadas marroquíes, se comienza la construcción de 2.700 km. de muro, con la ayuda de Israel y financiación de Arabia Saudí, que separa de norte a sur el territorio, quedando la población dividida a ambas partes. Estos muros están plagados de minas, zanjas con espinos y radares cada 15 km. para detectar cualquier movimiento y unos 100.000 soldados marroquíes desplazados a lo largo de todo el muro.

En 1991 ambas partes, bajo los auspicios de la ONU, firman un plan de paz en el que se reconoce el derecho del pueblo saharaui a decidir a través de un referendo de autodeterminación. La fecha máxima para la celebración del mismo expiraba en 1993. A fecha de hoy, 27 años después, la Minurso (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental) sigue sin organizarlo, sometiéndose a las continuas presiones de Marruecos.

En la zona liberada entre el Sahara ocupado y Mauritania hay una franja de 5 km. denominada zona de amortiguación en Guerguerat restringida a personal militar por acuerdo de ambos países y la propia Minurso. No obstante, Marruecos ha pretendido construir una carretera que una esa parte con Mauritania por la que decenas de camiones marroquíes transitan cada día con productos esquilmados en el Sahara Occidental. El hartazgo de los saharauis llega a su extremo y cortan la carretera impidiendo el paso de los convoyes. Esa situación hace que Marruecos despliegue sus fuerzas armadas en la zona restringida para desalojar a los civiles saharauis, violando así los acuerdos firmados, lo que obliga al Frente Polisario a intervenir para proteger a sus ciudadanos poniendo fin al alto el fuego y atacando posiciones marroquíes y bases militares en distintos puntos a lo largo del muro. Tal y como reza en un documento, la Minurso fue informada por Marruecos de su plan y tanto el secretario general como el enviado especial y el propio comandante de la Minurso calificaron la situación de “difícil” y susceptible de constituir “violaciones del acuerdo de alto el fuego y acuerdos conexos”.

Esta situación extrema pone de manifiesto que el Sahara Occidental es un conflicto político al que una de las partes está dispuesta a obstaculizar y que exige una inmediata respuesta de las organizaciones internacionales que ponga fin a la escalada militar y ponga en marcha los acuerdos firmados, que pasan inexorablemente por la celebración de un referendo de autodeterminación.

La represión marroquí se ceba en la población saharaui en los territorios ocupados, produciéndose saqueos, detenciones arbitrarias, torturas, juicios sumarísimos, etcétera. Pese a ello el levantamiento popular en el Sáhara ocupado es una evidencia, a la que acompaña el alistamiento de centenares de jóvenes en los campamentos de refugiados para defender el país que les fue usurpado violando sentencias del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya y del Tribunal Europeo, resoluciones de la ONU y la parálisis de los sucesivos gobiernos de nuestra democracia en un falso afán de preservar intereses de otra índole con el sátrapa marroquí Mohamed VI.

Se ha cumplido ya un mes del estallido bélico y los organismos competentes no reaccionan. La guerra continúa. ¿Cuánto tiempo más se ha de esperar para hacer justicia?

Juan Luis Vallina Ariznavarreta

 

Fundador de la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui