Por un nuevo plan del Carbón
Para defender el empleo, nacionalizar la minería privada
Para mantener las minas, exigir compra de carbón autóctono a las eléctricas
Los mineros no aceptan que se incumpla el Plan de la Minería. Así lo mostraron en cientos de cortes de carretera, en una huelga general con una respuesta de casi el 100% en las cuencas, y con una enorme manifestación a Madrid. De mantenerse los actuales planes del gobierno, las minas estarán abocadas al cierre en 2014.
Mientras, en el puerto de El Musel se acumulan 100.000 toneladas de carbón colombiano, propiedad de Goldman Sachs. Una empresa que gana miles de millones de € especulando con el precio del carbón, obtenido en unas minas donde no existen derechos laborales ni sindicales y donde muchos trabajadores no están cubiertos por un seguro médico. Un carbón con conlleva el despilfarro de CO2 al ser transportado en barco desde Sudáfrica o Colombia. Que irá a parar a las térmicas como HC, que siguiendo la ley del máximo beneficio, sólo piensan en el precio de la tonelada sin importarles el CO2 o la salud de los mineros. El cierre de las minas manda a miles de trabajadores al paro o la miseria, pero enriquece a los especuladores de Goldman Sachs y accionistas de EON o Hidroeléctrica.
Entre Iberdrola, Endesa y Gas Natural Fenosa ganaron en 2011 6.342 millones de euros tras impuestos, que repartirán entre accionistas., Si el carbón es una reserva estratégica nacional las eléctricas deberían estar obligadas a comprar el carbón autóctono, disminuyendo sus beneficios. Es la manera de proteger el empleo de las comarcas mineras, de las que dependen en todo el estado unas 20.000 familias de manera indirecta. Al fin y al cabo, las eléctricas como ENDESA eran rentables cuando se privatizaron. Y hoy tenemos la tarifa de la luz más cara que nunca.
Los trabajadores de la minería privada están notando en sus carnes más que nadie el inminente cierre. Vitorino Alonso está haciendo recaer sobre ellos las dificultades, que ni él ni los empresarios de Carbounión vivirán. Para que el sector se mantenga unido y no vaya desapareciendo poco a poco la lucha de la clase obrera y el conjunto la sociedad asturiana es imprescindible. Con el fin de lograr que se nacionalice la minería privada.
En los últimos 20 años se han perdido decenas de miles de puestos de trabajo en las cuencas. La lucha de los trabajadores y de la gente logró arrancar fondos mineros para paliar la dramática situación. Aunque en vez de crear empresas públicas sólidas que hoy pudiesen ser una fuente de creación de trabajo, se repartieron en gran parte a empresarios caza-fondos.
Mantener el futuro de la minería, con un nuevo Plan General de la Minería del carbón, que garantice la viabilidad hasta 2018 y más allá, es prioritario. Al fin y al cabo es una cuestión de prioridades. ¿Cómo pueden decir que no hay dinero para mantener las minas si permiten que las grandes empresas tengan más de 47.000 millones en paraísos fiscales o que los defraudadores paguen un 10% sobre sus fortunas?