Manifiesto de la Plataforma “Asturies contra el golpe. Venezuela se defiende”
MANIFIESTO DE LA PLATAFORMA “ASTURIES CONTRA EL GOLPE VENEZUELA SE DEFIENDE”
La República Bolivariana de Venezuela es un Estado soberano, regido por una Constitución aprobada democráticamente por su pueblo. En el marco de esa Constitución, fue reelegido Presidente de la República, Nicolás Maduro el 20 de mayo de 2018, en unas elecciones libres y transparentes, auditadas por 200 observadores internacionales. Maduro fue elegido con cerca de seis millones doscientos mil votos frente a unos candidatos de la oposición que no llegaron en conjunto a los tres millones. Otra gran parte de la oposición, siguiendo las directrices imperiales de Washington, optó por no participar, boicoteando deliberadamente los comicios: con ello se estaba preparando ya el golpe de estado contra el gobierno legítimo de Venezuela.
El proyecto golpista venía de antiguo. Ya en 2002, se produce el golpe contra Chávez, aplaudido enseguida por los EEUU y en España, por Aznar, pero derrotado en la calle por el pueblo de Venezuela. Y, en los últimos tiempos, se da una cuidadosa preparación del entorno, que va desde el golpe “parlamentario” en Paraguay al golpe “judicial” en Brasil con las espurias causas contra Dilma Rouseff y Lula, pasando por los ingentes recursos empleados por la reacción en las elecciones de Argentina, Chile, Perú y Colombia o la traición de Lenin Moreno en Ecuador.
De este modo, con personajes como Duque en Colombia y Bolsonaro en Brasil, países fronterizos con Venezuela, se despejaba el camino para una intervención extranjera contra el Gobierno constitucional de este país.
Lo que EEUU y la oligarquía venezolana no había conseguido en 20 años, incluidos sus atentados para acabar con la vida de Maduro, tratarían de conseguirlo ahora, orquestando un golpe de estado y preparando una intervención militar extranjera.
¿Y esto por qué? ¿Acaso a los EEUU, que han apoyado a los más sanguinarios dictadores, como Trujillo, Batista, Somoza o Franco, o que han organizado su acceso criminal al poder, caso de Pinochet, les preocupa ahora el bienestar de los venezolanos?
Lo que les preocupa son las muy cuantiosas riquezas naturales del país: su reserva de petróleo, la primera del mundo, su oro, su coltán, sus ingentes recursos de agua. Les preocupa que el pueblo de Venezuela sea el dueño de esas riquezas, les preocupa que cunda el ejemplo de un pueblo soberano que se adueña de lo que es suyo. Les preocupa que América Latina deje de ser su “patio trasero” y que ello perjudique los intereses imperialistasde los Estados Unidos.
Esa es la auténtica razón. Por eso había que asfixiar a Venezuela y para ello se organiza el bloqueo, el acaparamiento de mercancías, la huida de capital, el desabastecimiento de alimentos y medicinas, siguiendo la receta utilizada en Chile hace 45 años, tratando de generar escasez, penuria, inflación galopante y, por tanto, la erosión del Gobierno y un ambiente de descontento presuntamente favorable a un golpe de estado.
Los autores de tan perversos manejos no se cortan en culpar torticeramente a la Revolución Bolivariana de los problemas económicos que ellos mismos han urdido y organizado.
En efecto, los gobiernos imperiales, fieles servidores de los monopolios y con la complicidad de entidades y organismos financieros, violando sus propias leyes y la legislación internacional, han establecido durante años un bloqueo económico y financiero contra Venezuela, impidiendo las exportaciones e importaciones, incluso de productos de primera necesidad y llegando a imposibilitar que Venezuela pagase su propia deuda externa.
Es así, tratando de valerse, por un lado, del sufrimiento artificialmente llevado al pueblo venezolano y, por otro, de la naturaleza ultraderechista, militarista y agresiva de los regímenes vecinos de Duque y Bolsonaro, como Trump y sus asesores resuelven “pescar” al desconocido ciudadano Guaidó y orquestan con la participación de la oligarquía local su inconcebible autoproclamación nada menos que como “presidente encargado” de la República, contra todo requisito constitucional, en medio de la calle y entre un grupo de sus viejos amigos de las “guarimbas” de hace un par de años, aquellas en que se degollaba a motoristas con cables que cruzaban la calle o se quemaba con gasolina a los partidarios de la Revolución. Pero parece que esto tampoco les ha salido bien.
Las movilizaciones que convocaron como oposición tuvieron poco fuelle e incluso se utilizaron fotos trucadas por algunos medios de comunicación y redes sociales para magnificar su pobre resultado.
La votación promovida en la OEA por los EEUU y el Grupo de Lima fracasó estrepitosamente pese a los esfuerzos de Pompeo y del traidor Almagro, al no alcanzar los votos necesarios contra Venezuela.
En el Consejo de Seguridad de la ONU la mayoría de los intervinientes expresaron su reconocimiento al Gobierno constitucional de Nicolás Madurocomo gobierno legítimo. Tampoco allí prosperaron las asechanzas del imperialismo norteamericano.
Las ofertas efectuadas por los golpistas a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, incitándole a la rebelión militar no consiguió quebrar la unión cívico-militar en defensa de la Revolución.
¿Qué le quedaba a los Estados Unidos para hacer prosperar su proyecto injerencista incompatible con el Derecho internacional, en contra de la soberanía de Venezuela, para arrebatarle sus riquezas, acabar con su independencia y liquidar el poder popular?.
Le quedaban los países del grupo de Lima, sumiso a sus dictados, a los que faltó tiempo para reconocer la “legitimidad” del golpista Guaidó, y la presión sobre sus aliados europeos, algunos tan poderosos como el Reino Unido, Alemania o Francia, igualmente con intereses de expolio global y políticas neoliberales.
Así se cocina en Davos la posición de la Unión Europea en la que acaba prevaleciendo la opción de injerencia en los asuntos internos de Venezuela y el respaldo al golpe de estado, sobre otras posiciones partidarias del diálogo político en el interior del país y contrarias a fórmulas violentas o intervencionistas.
Desgraciadamente el Presidente del Gobierno español Pedro Sánchez, tras un primer momento, terminó decantándose de forma torpemente agresiva y cada vez más desmesurada por la opción reaccionaria, contraria a los principios del Derecho internacional y promotora del golpismo.
Su compromiso con los intereses de los monopolios españoles en Venezuela, el seguidismo servil a las políticas de Washington, la obsesión por ocultar su cuestionada legitimidad, la “necesidad” de adelantarse a los reclamos de la derecha española, la voluntad de congraciarse con las mayores potencias europeas, e, incluso, la expectativa de liderar el tema dentro de la Internacional Socialista, “a favor de la corriente”, han situado a Pedro Sánchez en una posición inadmisible, hipócrita y plenamente reprochable, que viene a recordar a la asumida por Aznar durante el golpe de estado de 2002¿Se atreverá Sánchez a motejar de mentiroso a su compañero de filas, Rodríguez Zapatero, cuando testimoniaba de la limpieza de las elecciones presidenciales del 20 de mayo? ¿Podría explicar cómo llama “tirano” al Presidente constitucional Maduro, mientras mantiene su política de amistad y negocios con el heredero saudí, que manda descuartizar a periodistas y dirige un país donde se decapita a las mujeres por defender sus derechos más elementales?¿Cómo dice conmoverse por los padecimientos de un pueblo sometido al bloqueo y al alzamiento de sus reservas en bancos extranjeros y se calla la boca ante los crímenes continuos en Colombia contra sindicalistas, dirigentes comunales o antiguos guerrilleros? ¿Cómo calla igualmente ante el resurgir de los paramilitares o ante un gobierno como el de Brasil que mantiene encarcelados a dirigentes políticos de la izquierda, mientras su presidente alardea de racismo, machismo, desprecio a las comunidades indígenas y a la biodiversidad de la Amazonía?
Nadie esperaba de un hombre como Sánchez ningún apoyo a ninguna revolución, pero ¿vamos a soportar que haya apartado al Estado español de una política independiente, promotora al menos, del diálogo, próxima a otros países como México o Uruguay, o a los propósitos del Secretario General de la ONU?
El Sr. Sánchez carece de argumentos creíbles, por mucho que los medios de comunicación se empeñen en construirlos sobre la base de la mentira y la tergiversación. Con qué sentido común puede creerse que Venezuela es una cruel dictadura cuando desde el acceso de Chávez al poder se han celebrado 25 procesos electorales, 23 que ha ganado el Chavismo y 2 la oposición, que fueron reconocidos; cuando se permiten las reuniones de una Asamblea en desacato por sentencia judicial; cuando el golpista Guaidó se pasea por Caracas sin que lo detengan “por rebelión ni sedición” y cuando la oposición convoca y celebra sus manifestaciones públicas.
Ya está bien de manipulación para amparar el golpismo y poner a Venezuela y a toda la región al borde de la guerra. No hemos perdido la memoria de lo sucedido en Libia o en Irak, donde igualmente las cuestiones centrales eran el petróleo y el dominio geopolítico.
Las organizaciones, entidades y personas que integran la plataforma “Asturies contra el golpe. Venezuela se defiende”, llaman a la solidaridad con el pueblo trabajador de Venezuela, con la Revolución Bolivariana y sus conquistas sociales.
Llaman a defender el derecho inalienable del pueblo venezolano a regir los destinos de su país y construir su propio futuro sin injerencias extranjeras.
Llaman a respaldar al legítimo gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y a su Presidente constitucional, Nicolás Maduro.
Llaman a condenar las intentonas golpistas, a rechazar el bloqueo y las sanciones, singularmente las procedentes de la Unión Europea, que no hacen sino someter a la población deliberadamente a difíciles condiciones de vida.
Llaman a condenar las amenazas y el clima belicista desencadenados por el Gobierno del Presidente Trump y sus gobiernos lacayos del Grupo de Lima.
Llaman a preservar la Paz en Venezuela y en toda la región en el marco del respeto al Derecho internacional y al principio de no intervención en los asuntos internos de los Estados.
Exigen al Gobierno español la rectificación de su política subalterna de los intereses imperialistas y promotora del golpismo; su actuación conforme a los principios y normas del Derecho internacional, su respeto por la leyes e instituciones de la República Bolivariana de Venezuela y su apuesta decidida por el diálogo, el entendimiento y la paz en toda la región, demandando, al propio tiempo, a las fuerzas con representación parlamentaria que de alguna forma sustentan al gobierno que le retiren cualquier respaldo, en tanto persista en su apoyo al golpe de estado en Venezuela.
Exigen al Gobierno de Asturias la toma de postura en favor de las clases populares y trabajadoras de Venezuela, manifestando su apoyo al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y condenando el golpe de Estado orquestado por las fuerzas imperialistas.
La plataforma “Asturies contra el golpe. Venezuela se defiende” hace un llamamiento a la población asturiana para que tenga como suyas todas estas inquietudes, consciente de que en Venezuela hoy no sólo se está jugando su propio destino, sino aspectos trascendentales para el porvenir de todo el mundo. Un llamamiento para la movilización con toda la fuerza solidaria de la que Asturies siempre ha sido capaz.
Los golpistas NO PASARÁN
Fuera las manos de Venezuela
¡Venezuela vivirá y vencerá!
Asturies, 1 de febrero de 2019
Manifiesto Plataforma “Asturies contra el golpe. Venezuela se defiende”