Lula libre: de Curitiba a la Alvorada

Como militantes y activistas, que luchamos para derrocar este sistema genocida que va en contra de la vida, que luchamos por la justicia social y por la construcción de un mundo libre de “la explotación del hombre por el hombre”, tenemos el deber y la obligación moral de evidenciar las injusticias y denunciar lo evidente. Hoy, toca hablar de Brasil:

Si la Justicia en sí misma es un poder, lo es más cuando ésta se pone al servicio de las oligarquías y poderes fácticos. El patrón a seguir suele ser siempre el mismo: desprestigiar y derrocar a personajes políticos o Gobiernos que defiendan a las clases desfavorecidas y apuesten por crear Poder Popular, para que una vez derrocados éstos, las Fuerzas Reaccionarias, con el neoliberalismo por bandera y con total impunidad, comiencen con el saqueo.

Lula lleva casi 3 meses en prisión. Ha sufrido lo que ahora llaman “LawFare”, que no es otra cosa que usar herramientas jurídicas para la persecución política; usar la ley como arma para destruir al adversario político por la vía judicial.

Y es que Lula, a pesar de estar en prisión, lidera ahora mismo la intención de voto de cara a las elecciones presidenciales de octubre. No podía volver a ganar el PT (Partido de los Trabajadores). Había que desestabilizarlo como fuera y poner a un títere que garantizara más poder al Poder.

Primero, hicieron caer a Dilma Roussef con un “golpe blando” liderado por Michel Temer, el candidato de los mercados. Y como no, Temer se convierte en el Presidente de Brasil, con una agenda política marcada por privatizaciones de servicios, saqueo del patrimonio público (Petrobas, Electrobas) y recortes (para las clases populares, claro). Operación Cóndor en toda regla.

Una vez derrocada Dilma, la estrategia golpista sigue su curso. Siguiente objetivo: noquear al único líder popular con opciones, es decir, sacando a Lula Da Silva del tablero político. Comienza entonces una campaña de desprestigio y terrorismo informativo. (Red Globo se lleva la palma en manipulación mediática). Tras un proceso judicial sin ningún tipo de garantías, el juez Moro condena a 9 años de prisión a Lula Da Silva y finalmente, se ratifica la sentencia por el Tribunal Federal aumentando la pena de 9 a 12 años de prisión.

En abril del 2018, Lula entra en prisión. Ahora, 3 meses después, la Corte Suprema de Brasil falla contra el juez Moro y considera “ inconstitucional la conducción coercitiva con que fueron obligados a rendir testimonio los presuntos implicados del caso.”

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Basta con ver esta foto, para saber por y para quien gobierna Lula. Basta con ver esta foto, para comprender el por qué de esta persecución política. Basta con ver esta foto para comprender los intereses que defiende este hombre, que no son otros, que los intereses de “Los desposeídos”.

La libertad de Lula se espera en horas. Ojalá y que no tarde.

¡Basta ya de injerencias imperialistas!

#LulaLibre

#Brasil

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Olga Carrasco Heras

Militante del Partido Comunista de Asturias