El referéndum en IU de Asturias: los vértigos de la democracia

No ha sido escaso el ruido desatado en torno al referéndum de Izquierda Unida de Asturias (IUA). Como suele suceder en estos lances, todo el mundo intenta aprovecharse de sus resultados. Algunos cantan victoria por el apabullante resultado del y entienden por ello legitimada su pretensión de exigir cambios drásticos e inmediatos. Otros niegan cualquier validez al resultado por haber sido la participación inferior al 50% y, emulando a Calcas, el homérico adivino de males, pronostican graves quebrantos en IUA, inminentes rupturas con el ámbito federal y temibles recomposiciones de la caspa para torpedear los idílicos frescores confluyentes que soplan desde otros territorios. No tienen razón. Los unos, porque la legítima apuesta por ampliar la pluralidad en la Dirección de IUA no proviene del referéndum, sino de la última Asamblea, y habrá que retomar ese camino con mesura, sin intransigencias y con el objetivo de respetar y asumir la representatividad real, no de desnaturalizarla. Los otros, porque confunden la razón jurídica del artículo 55 de los Estatutos de IUA con la razón política de un resultado inequívoco y abrumador (94,6% del SÍ).

Es verdad que, estatutariamente, el resultado no es vinculante, pero habría que estar ciego para no reconocer su innegable significación. Es tendencioso, por tanto, hablar de invalidez y bastante estúpido pretender que haya triunfado la abstención, no como indolencia espontánea, sino como opción deliberada. Flaco favor hacen a las convicciones de las que ellos mismos alardean, aquéllos que tratan de deslegitimar el resultado por la tasa de participación (45,14%), en una sola jornada (presencial y por correspondencia). Otras consultas y votaciones fueron las que fueron y son conocidas (sobre coalición con Podemos, durante tres días y voto además por internet, menos del 33%, la segunda vez. En las Primarias a la Coordinación de IU Federal 40,2%. En los Documentos para la XI Asamblea 15% aprox. de participación). Por tanto, tal parece que algunos fueran a darle la razón ahora a Tasio Oliver, de Izquierda Abierta, cuando entendía la escasa participación en aquellas votaciones como un toque de atención a la dirección… que no genera ni con su línea política ni con los procesos que emprende la atención de las bases (¡Maldita hemeroteca!). No caigamos, por tanto, en la torpeza de desacreditar otras consultas que forman parte ya de nuestra historia.

Habrá que entender que en los últimos años ha sobrevenido una auténtica catarata de novedades funcionales que, para bien o para mal, desbordan la capacidad de las organizaciones y todavía están lejos de asumirse por una militancia no habituada (primarias, voto telemático, etc).

Por otra parte, y volviendo al referéndum que nos ocupa, hay que señalar que la pregunta objeto de consulta, una vez aprobada por la Dirección de IUA, ya no es patrimonio exclusivo de sus proponentes, sino que pertenece a toda la organización. Por eso es recomendable un esfuerzo de mesura y sensatez antes de hablar de victorias, derrotas, peligros y catástrofes. Bien hizo nuestro Coordinador General, Ramón Argüelles, al respaldar el con su firma y su voto, demostrando con ello su sensibilidad y su cercanía a la mayoría de la organización.

Hay que señalar también que la pregunta decía lo que decía y no lo que a cada cual se le ocurra interpretar. El voto afirmativo no echa abajo una política de alianzas, pero tampoco supone una apuesta confusa en la que todo cabe. Se trataba de una pregunta flexible que deja expeditas las vías convergentes a la vez que las enmarca en unos umbrales definidos: presencia e identidad.

Por eso, desde el PCA defendimos abiertamente el . Por eso, quienes llamaron al NO, que también los hubo, no se impusieron ni en su territorio. Por eso, pasada la consulta, como Secretario General del PCA, respaldo sin reservas el comunicado emitido por IUA y en concreto las expresiones de su Secretario de Elaboración, Programas y Participación. Por eso creo que en IUA se ha hecho un esfuerzo democrático y participativo de forma presencial y en tiempo muy medido con un resultado positivo para IU en su conjunto, al reafirmar nuestra personalidad política de Izquierda y de lucha. Por eso, desde el PCA seguiremos trabajando en IU, sin ninguna servidumbre y defendiendo en cada ocasión lo que estimemos justo, convencidos de que también esa lucha, para decirlo con palabras propagadas por Silvio Rodríguez, para nosotros es un vértigo y no una carrera.

Francisco de Asís Fernández Junquera-Huergo

Secretario General del PCA

Publicado el 8/07/2017 en La Nueva España