Discurso del nuevo Secretario Político del PCA en Mieres

Buenos días, camaradas.

Quisiera me permitierais comenzara esta intervención final mía con un pequeño acto de narcisismo consistente en una referencia personal a un camarada que, lamentablemente, ya no está entre nosotros.

La razón de dicha referencia está en que dicho camarada fue uno de los primeros y que con más intensidad nos animó a uno y ciertos buenos amigos suyos a que se afiliara al Partido Comunista de Asturias.

Amigos entre los que se encuentran el camarada Juan Ponte, Secretario de Formación de nuestra agrupación, orgullo de la misma, el PCA y el mismo Partido Comunista de España.

No puedo presumir de haber conocido profundamente al citado camarada, como tampoco de haber estado en el círculo de sus más íntimos; pero sí que tuve la fortuna de conocerlo lo suficiente como para saber que, de haber podido estar hoy aquí, habría querido decirle:

“Camarada, no solo te hicimos caso; sino que, ¡lo hicimos completamente en serio!”.

Me refiero al camarada Pablo Infiesta Molleda, camarada “Pablote”, para el que pido un fuerte aplauso.

[Aplausos]

Quisiera que me permitierais continuar, también, con otra referencia personal. En este caso, a dos camaradas de este mismo Comité de dirección.

No pretendo con ello tratar de destacarlos por encima del resto, pues no tengo más que magníficas cosas que decir de todos ellos; pero hay, al menos, dos buenos razones por las que creo necesaria esa referencia.

La primera de ellas es que dichos camaradas se nos irán en fechas próximas por razones laborales, dejándonos, con ello, terriblemente mermados. Razón por la que me gustaría que sirviera este acto, entre otras cosas, como despedida formal hacia ellos por parte de la Agrupación.

Y la segunda es que, aunque se vayan, su comunismo se va también con ellos; pues este año afrontarán el monumental desafío consistente en la constitución de un Comité de empresa en su centro de trabajo tras largos años de constante trabajo reivindicativo con sus compañeros.

Un centro de trabajo tan grande en personal como los más grandes que pueda haber en nuestro municipio; tan grande, por ejemplo, como las factorías de Thyssen.

Y un centro de trabajo perteneciente a un grupo empresarial hostelero en que jamás antes ha habido una representación sindical organizada.

Por ello, me gustaría, también, pudiera servir este acto, entre otras cosas, de ánimo y estímulo para que, cuando les surjan dificultades y problemas, que sin duda les surgirán, recuerden que su Agrupación les tiene bien presentes y que sabe lo mucho que ellos valen.

Me refiero, como muchos habrán podido inferir, a los camaradas Delia y Javi, para los que pido por todo ello otro fuerte aplauso.

[Aplausos]

“Ni en dioses, reyes ni tribunos está el supremo salvador/ Nosotros mismos realicemos el esfuerzo redentor”.

Prestad atención a esos versos de nuestro himno, especialmente los camaradas de la Juventud Comunista; porque, de encerrarse ello en algún lugar, será precisamente ahí dónde se encuentre la esencia misma de lo que pudiéramos considerar un liderazgo comunista.

Un liderazgo, por lo pronto, plural y cuyo propósito fundamental no será otro que el de fomentar otros semejantes ya existentes tanto en el seno de nuestras propias organizaciones como en ámbitos externos al partido; así como, allá donde no los hubiera ya antes, la creación de otros nuevos en un proceso recurrente y constantemente ampliado.

Un liderazgo dirigido a empoderar a los integrantes de los grupos en que estemos, en el propósito de contribuir a ese proceso de creación de Poder Popular mediante el que pretendemos enfrentar los embates de la neoliberalización y revertir sus efectos.

Y un liderazgo del que es inmejorable prueba este mismo Comité entrante.

Se integran en él tanto camaradas provenientes del Comité saliente, fueran ellos veteranos, es el caso de las camaradas Ana y Charo, o recién llegados en la Conferencia precedente, como es el de los camaradas Delia, Patri (Hernández), Juan, Patri (Anegón), Javi o uno mismo; así como, camaradas que no participaron de la anterior dirección, nobeles unos: César y Ángela, veteranos los restantes, como Nisio y Baltasar.

Esta Agrupación, a pesar de la juventud de muchos de los integrantes de su Comité precedente, aun ha tenido vitalidad suficiente como para ahondar más aun en su renovación con la incorporación de dos nuevos camaradas jóvenes: los citados César y Ángela, de los que esperamos todos grandes cosas.

Pero nuestro mayor logro organizativo, el éxito del que estamos más orgullosos, es la inclusión en la vida activa de nuestra Agrupación de los camaradas David, Nisio y Baltasar.

Camaradas que recibieron la llegada de los nuevos durante la Conferencia extraordinaria de 2013 con justificadas suspicacias; que adoptar posiciones lindantes con la hipercrítica; pero que, sin dejar en ningún momento de mantener su independencia de actuación y juicio, perseveraron en su participación activa en cuantas convocatorias y actividades realizaba su Agrupación haciéndose con ello justos acreedores del derecho de formar parte de esta nueva dirección.

Podría hablar largo y tendido sobre cada uno de ellos; pero, en aras de la brevedad, dejaré multitud de jugosas anécdotas para las celebraciones posteriores a esta Conferencia.

Y, ya por último, ¿cómo concibe este nuevo Comité de dirección a su propio Partido? ¿En qué lugar se inserta este en el contexto de las múltiples posiciones y concepciones que acerca de lo que deba ser el tal coexisten en el mismo, sin perjuicio de la debida lealtad a la línea política democráticamente establecida en sus órganos?

Un modo muy directo de expresar tales cosas podría ser decir que este Comité ve al Partido a través de los ojos de dos grandísimas camaradas suyas para las que ni esta Agrupación ni el PCA en su conjunto tendrían elogios bastantes.

Me refiero a las camaradas Susana y Agustina, representantes eminentes del trabajo denodado, de la inteligencia, de la iniciativa y de todo lo bueno que se está haciendo en este Partido y, en particular, del trabajo del mismo en los Movimientos Sociales.

Y ello no porque se pretenda despreciar, de tal modo, al Movimiento Obrero; sino porque, sencillamente, se concibe a los primeros como otro modo de organizar, en otras circunstancias y con otros medios, a aquello a que reducimos al segundo: a ese proceso de construcción de Poder Popular a que ya me he referido y en que habrían de converger otro y unos.

Esta organización está en condiciones de proporcionar a nuestro Partido los cuadros que este de nosotros demande y, entre los tales, algunos de los mejores provendrán, sin duda, de nuestras estupendas mujeres.

Mujeres implicadas en la presentación de nuestro Grupo de Trabajo de Feminismos, en la PAHD, en las reivindicaciones laborales…

Mujeres que esperamos tomen a las camaradas mencionadas como referencia. Eso es, precisamente, lo que esperamos de vosotras: seguid el camino marcado por aquellas y lograréis, sin duda, enorgullecernos a todos.

Camaradas, dicen que “hubo una luz en Asturias”. ¡Recordad que vosotros y quienes os precedieron en el Partido, en los orígenes de las nacientes Comisiones Obreras, en el movimiento vecinal, en el ámbito de la cultura; pero, también en los presidios, en las tapias de los cementerios y en las cunetas fuisteis y sois su llama!

¡¡Que no se extinga!!

¡Viva el Partido Comunista!

¡Viva la Juventud Comunista!

¡Y vivan, camaradas, sobre todo, aquellos a quienes nos debemos!: aquellos que “nada son hoy; ¡¡pero serán todo!!”.