77 Aniversario de la victoria del Frente Popular

El 16 de febrero de 1936, en el marco de las terceras elecciones celebradas durante el breve período en el que se mantuvo viva nuestra Segunda República, vencía una amplia coalición electoral formada por republicanos de izquierdas, socialistas y comunistas: El Frente popular. Así mismo y con el apoyo del sindicalismo anarquista, con mucha fuerza en el movimiento obrero de la época, triunfaba no sólo una simple “unidad electoral”, sino que se fraguaba un bloque social antagónico y contrario a la restauración en el poder de las viejas y caducas élites terratenientes, católicas y militaristas, que hasta 1931 habían controlado los designios de España.

El continuo desafío de esas fuerzas reaccionarias al proceso reformador y modernizador del primer gobierno de la República; la permanente provocación y represión ejercida desde las instituciones gobernadas por ellos, en el llamado bienio negro, hacia las fuerzas vivas del movimiento obrero e intelectual; y el estallido de la revolución de Octubre del 34 en Asturias, vinieron a generar el clima propicio para que la parte más consciente de la izquierda social de nuestro país tomara la decisión en 1935 de apostar por una alianza coyuntural, aunque no exenta de objetivos estratégicos comunes, con otros sectores sociales de corte progresista, capacitada para hacer frente al “regresus” histórico que supondría la toma del poder por parte de aquel “nuevo fascismo” a la italiana que se cernía sobre el país.

Hoy recordamos aquella experiencia como la última representativa del estallido de alegría y júbilo que inundó las calles aquel 14 de abril de 1931 cuando las gentes proclamaban la Segunda República. Como la manifestación de una unidad política articulada, que con sus diferencias y sus contradicciones en lo que se refiere a la acción política concreta, fue capaz de confluir en torno a un programa para luchar contra la ignominia. Como la expresión última de libertad y justicia que anhelaba un pueblo, cansado ya, de vivir en la pobreza, la incultura, el analfabetismo y la explotación. Como el último gobierno democrático y legítimo conocido por nuestro pueblo, antes de la derrota de la República en la guerra civil a manos de los golpistas y del régimen bipartidista monárquico que el franquismo legó para cuidar los mismos intereses socioeconómicos que lo encumbraron.

Pero no se trata tan sólo de recordar y homenajear a los protagonistas de aquel triunfo democrático. Se trata de rescatar, de revalorizar aquella experiencia para lo que el presente requiera, de activar la “función social” de la historia como contribución de ésta a una sociedad en continuo movimiento; de construir un memoria histórica donde no sólo se rescate lo olvidado, sino en la cual, se active la “escritura” de una historia social crítica, permitiéndonos identificar los elementos constitutivos del potencial de cambio de las sociedades futuras. Ese debe ser nuestro empeño .

Con una crisis estructural del sistema capitalista como la que estamos viviendo, con una clase que no se cansa de imponer la “austeridad” a través de los recortes sociales como única solución a la crisis y de hacer retroceder los derechos laborales a esquemas contemporáneos al siglo XIX, con un modelo político, nacido en la transición y consagrado en la constitución del 78, extenuado y profundamente injusto, y donde sólo imperan la exclusividad de los intereses de una minoría para la que se gobierna, además de la corrupción y las malas prácticas, el Partido Comunista de Asturias hace un llamamiento a la convergencia de largo aliento con todos aquellos movimientos, plataformas y organizaciones que luchan contra el estado actual de las cosas. El PCA, apuesta, sobre la base de un programa cuyo objetivo sea la transformación del actual modelo de relaciones económicas, sociales, políticas y culturales y en torno a una salida social y anticapitalista de la crisis, por la unidad y la reedición de un bloque social alternativo, que como aquel Frente Popular de hace 77 años, deje de ser quimera para convertirse en realidad.

¡Viva el Frente Popular!

¡No pasarán!

¡Hay que pararlos!